Mariano Bugallo y Victoria Sánchez Mércol recorrieron 27 países durante 805 días cumpliendo el sueño de darle la vuelta al mundo. Desde el 2012 relatan sus historias, y comparten sus fotografías a la comunidad de lectores a través de sus páginas webs.
Con el pretexto de materializar su proyecto, en 2014 nació «80.000 km», una exposición fotográfica… o más bien el testimonio de dos viajeros que combinan imágenes y extractos de sus bitácoras de viajes para relatar algunas escenas de una aventura inolvidable.
La muestra, hoy convertida en libro, Es también la mirada a través de sus lentes y sus palabras, sobre un mundo repleto de contrastes y diversidad. Es la creencia en el hombre y su cultura; en el respeto y la hospitalidad que han sabido cosechar a lo largo del camino. y Finalmente, este es el testimonio de lo que sin dudas fue un viaje interior.
La Rioja
Mayo – Junio 2014: Centro Cultural Castro Barros, Gobierno de la Provincia de La Rioja.
Córdoba
Octubre – Noviembre 2014: Cocina de Culturas, Fundación Electroingeniería.
Buenos Aires
Septiembre – Octubre 2015: Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.
Santa Fé
Agosto 2016: Peña Fotográfica Rosarina, Rosario.
En el año 2012 tomamos la decisión más importante de nuestra vida: cumplir el sueño de dar la vuelta al mundo. Dicho así suena tan imposible como trillado, pero con esfuerzo y convicción lo llevamos a cabo. Como era de esperarse, la experiencia nos transformó. Lo que iba a ser “sólo” un año sabático, se convirtió en dos años y medio de aventuras múltiples.
Nos mezclamos con bereberes nómadas de Marruecos, comunidades originarias de las Islas Fiji y de la amazonía ecuatoriana. Visitamos sitios históricos en Europa, Escalamos volcanes en Centroamérica y dormimos en islas desiertas en medio del Mar Caribe. Recorrimos gran parte de Latinoamérica a dedo, sin más que el pulgar al viento y hospitalidad de su gente. Tocó aprender a descifrar los ideogramas para entender algunos carteles en Camboya o Tailandia y hasta hicimos un diccionario de modismos venezolanos. Pero sobre todo, aprendimos a decir “gracias” en todos los idiomas que conocimos.
La fotografía nos permite compartir algo, fragmentos de todo lo que vivimos y transmitir la pasión que nos despierta viajar. Es que viajar, es como una foto que aún no fue tomada, la página que aún no fue escrita. Es saber que siempre estuvo allí, esperando ser descubierta, y a la vez, es el vértigo de la página en blanco, del vacío absoluto, y de las infinitas posibilidades que tiene de ser o de no ser nada.
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